jueves, 24 de enero de 2008

JACQUES RIGAUT

“la insatisfacción y el descontento, lejos de ser enemigos de las artes, han sido con mucha frecuencia sus genios tutelares (...) Edgar Wind


"Intento responder de mis veinticuatro horas, de mis setenta arrugas, de mis treinta años, de mis presagios, de mis amores y de mis deudas, de mis soledades y de mis contactos, del más y del menos. No hay más solución que plantear el problema y detenerse. Quien dice: "No hay respuesta", se condena. Los que no hayan respondido que abandonen el juego: la partida continúa con los que siguen buscando." (A.C.S)




Con estas palabras de Jacques Rigaut doy por apertura este homenaje a mis escritores favoritos.
Quizás estas manos que osan escribir no sean dignas, pero al igual que ellos y todos los artistas:

buscamos respuestas para no abandonar el juego de la vida o quizás justificarla. Yo busco la respuesta, me rehúso garrafalmente a conformarme con lo que me contaron en mi paso por el rebaño...
Este hermano nació en París. ¿cuando ??? No se. Ni me importa. Aquellos seres no se les puede medir por el tiempo. O el ubigeo que posen. Ni mucho menos juzgar por lo que hicieron de su vida. Su obra más importante, Agencia General del Suicidio, tiene el germen que prevé su propio suicidio, pues para Rigaut la vida no era más que el periodo de preparación para el acto supremo de suicidarse. Activo miembro dadaísta y uno de los inspiradores del surrealismo, obsesionado por la desesperada inmovilidad de los objetos, se vio en vida incapaz de llevar a cabo sus proyectos literarios. Tenía la extraña manía de acercarse a alguien en la calle o en una reunión y arrancarle un botón. Su colección fue impresionante; y sus piezas más valiosas eran los botones dorados de los policías quizás como un modo de imponerse ante el poder y mostrar la burla de arrancarles un botón. Un día de noviembre de 1929 y estando en una clínica de desintoxicación, por su adicción a la morfina tomo la decisión de matarse, se vistió completamente, se tendió en la cama y se rodeó de almohadones para que el impacto del disparo no le hiciera perder la postura. Elegante este hermano mío. Hecho esto se disparó una bala en el corazón, con la que consumó un suicidio para todos anunciado.

" No hay motivos para vivir, pero tampoco hay motivos para morir, la única manera con que se nos permite demostrar nuestro desdén por la vida, es aceptarla, la vida no merece que nos tomemos el trabajo de abandonarla, el suicidio es muy cómodo, no paro de pensarlo, es demasiado cómodo, yo no me he suicidado, subsiste un pesar, no quisiera partir antes de haberme comprometido, quisiera, al partir, llevarme Notre-Dame, el amor o la República. "