lunes, 25 de febrero de 2008

EMILE CIORAN





La soledad es insoportable, a solas conmigo mismo, a solas con mis pensamientos. No sé como distraerlos, como atontarlos para que no me atormenten. Surge entonces la rabia ante la impotencia, y la agresividad es un pequeño paso que doy en ese estado. Sentirse solo y estar solo no es lo mismo, pero en mi caso, sí, me siento solo aún cuando no estoy solo, pero lo siento mucho más cuando esa soledad es también física. ¿Soy demasiado consciente de la realidad, y los demás viven en un sueño de idiotas del que no quieren despertar (cosa que no les reprocho), o soy yo el estúpido que cree ver demasiado, sin ver nada?. Sea cual sea la respuesta, puedo decir que nunca he pedido estar aquí y aún estando aquí, sólo pienso en cómo salir, sin hacer ruido, sin que se note mi ausencia, como si nunca hubiera estado. Y de esa manera, sentir la ilusión de no haber existido nunca...

El pensamiento que encarna Cioran es el más vehemente. Entre los filósofos modernistas, es un sentimiento presente en aquellos que aguzan los sentidos al abismo y asumen el trágico conocimiento que han desenmascarado algo garrafalmente indeseable.

Cioran no se consideraba un escritor, ni siquiera un filósofo. Al menos esto es lo que piensa él de sí mismo, desafiando a cualquiera que opine lo contrario Esta afirmación puede darnos una idea aproximada de lo que nos encontramos cuando leemos una obra de este pensador rumano: contradicción. Una contradicción que se fundamenta en un pensamiento muy complejo que le hace odiar y amar cosas al mismo tiempo. Pero esto no debe llevarnos a pensar que estamos ante los escritos de un loco que desvaría, sino más bien de un genio que nunca pretendió dar respuestas a nada, sino precisamente hacer cuestiones de todo. Para él lo importante no está en dar soluciones sino en hacer que sus dudas sean interrogantes para nosotros también.


Cioran no es muy conocido en los países con gran asecho de ignorancia como es mi asqueada patria (Perú) ya que siempre su obra se ha tratado de empequeñecer. En los círculos intelectuales. Incluso este espécimen quien les escribe desconocía de la voz de este poeta filósofo. No fue hasta recientemente que un amigo Argentino me lo puso en la garganta como una daga aquellos versos de nuestro gran Cioran. Gracias Carlos desde algún lado de tu depresión donde te encuentres. Quizá sonriente...

¿POR QUÉ ESTOY AQUÍ?
¿POR QUÉ NADIE ME AVISÓ?
¿POR QUÉ, PADRES, ME OBLIGASTEIS A NACER?
¿POR QUÉ A CADA PASO QUE DOY TENGO LA SENSACIÓN DE NO AVANZAR?
¿POR QUÉ PIENSO DEMASIADO?
¿POR QUÉ NO PUEDO ESTAR IDIOTIZADO COMO LA GRAN MAYORIA?
¿POR QUÉ?... ¿POR QUÉ?...
¿POR QUÉ?...



Me pregunto muchas veces porqué soy así, porque tengo que ser tan consciente de que la vida es una mierda, que tal como la vivimos, tal como la sociedad nos impone una rutina, unas obligaciones, unas normas, unas prohibiciones,... es difícil vivir, es un sinsentido, esto no es vida, y a veces pienso que para vivir así, mejor no vivir. Hay quién se pone metas, objetivos, cree en algo: en un dios, en el amor,... pero es difícil creer en algo, sino crees siquiera en ti mismo y en que tiene algún sentido el que cada día te levantes, vayas al trabajo, te conviertas en una especie de máquina durante unas ocho horas y luego vuelta a casa,.... ... ... ... y así día tras día. Nadie está contento y sin embargo no hacemos nada por cambiar las cosas porque no sabemos qué es lo que podemos hacer, no sabemos cual es la solución porque no la hay, la única solución, y aunque parezca absurda, es vivir en una dulce ignorancia, ser un iluso, un estúpido que no piensa ni ve más allá que lo que alcance su mirada. No aspirar a nada más que las migajas del pastel que caigan en tus manos, y ya está, ser un conformista, sin apenas voluntad ni decisión, una especie de marioneta que ni de moverse se preocupa porque ya hay otros que se encargan de ello. No vale la pena, ¿para qué?... en fin, vivo aburrido y escéptico. ¿La amistad? ¿el amor? ¿la familia?, conceptos que poco me dicen ya, y quizás no sea por desengaños sino porque no creo en sentimientos que son imposibles en una sociedad como esta, o en una vida como esta. El hombre está condenado a no vivir en paz nunca, allá donde vaya, se sentirá obligado a cambiarlo todo y a adaptarlo a su gusto, con la excusa de que es lo mejor. Así va destruyéndolo todo y creando mierda a su alrededor, porque si algo hay perdurable que pueda crear el hombre es mierda: suciedad y basura allá por donde pasa.

Quien podía negar estas palabras de Cioran. Acaso alguien se atrevería a decir que nunca pensó así, pues si. Se que todos alguna vez pensamos lo mismo, pero que nos queda; seguir viviendo , que nos queda; seguir en el camino, quizás pueda soportar mas tiempo o quizás ya no lo soporte mas un día , o quizás muera soportándolo. Pero donde baya combatiré esas ideas vitalistas y falsas que el rebaño propone. Quizás como dijo este hermano:

"Somos todos unos farsantes. Sobrevivimos a nuestros problemas."

...No creo que le haya pedido demasiado a la vida, en realidad bien poco, esperaba algo más y ese algo más no ha llegado y no llegará (me temo). Sinceramente me gustaría estar a gusto con lo que tengo, y es eso precisamente lo que quiero pero no lo consigo, siempre quiero algo diferente a lo que tengo y cuando obtengo ese algo distinto (cuando lo logro) parece que ya no es tan bueno como pensaba o parecía, y es cuando miro hacia otro lado (para tratar de olvidar de eso que tengo y que no es lo que yo quería) y descubro que no, que estaba equivocado, que precisamente esta ahí, mi meta, mi objetivo, mis anhelos están ahí, y comienza la lucha otra vez para tratar de obtener ese otro 'caramelo' que he visto, y que llena otra vez mi vida con una ilusión, una nueva meta a conseguir. Pero la magia siempre desaparece cuando lo consigo, en los casos que no lo consigo, esa es la razón de mi malestar, de mi 'desgracia', el no conseguirlo, porque así justifico mi insatisfacción, mi desgana de vivir, mi completa indiferencia ante los acontecimientos. Saber esto y no saber que hacer para solucionarlo es desesperante. Cuando hace años tuve la lucidez de intentar suicidarme, ese creo que fue el momento más pleno y consciente de toda mi vida, el más real y más consecuente. Nada hay en esta vida que pueda llenar este enorme e insaciable agujero negro que anida en mi interior, todo se lo traga y desaparece como si nunca hubiese existido. El Vacío es mi sino y mi sentido de vivir, porque cuando eres joven te engañan con falsas promesas e ilusiones sobre la vida, y nada de ello es cierto. La vida no es gran cosa, además de no darte nada, es simplemente una estancia en una gran mansión, la cual no es más que la estancia contigua ni menos que la otra ni la de más allá,... todas son igual de insignificantes y carentes de sentido, porque no existe ese sentido que nos empeñamos en imprimir a todos nuestros actos y a todas nuestras decisiones. Nada de lo que hagamos va a cambiar nada realmente, nada,... porque nada somos y en nada nos convertiremos, por los siglos de los siglos hasta el final de esta mierda de mundo.

Cuando el dolor se nos vuelve irreparable, cuando el narcisismo nos desequilibra o cuando el pesimismo nos ciega, en una palabra cuando la omnipotencia infantil triunfante o frustrada regresa para dañarnos, hay que retornar a Cioran.
Permítanme, para subrayarlo, resucitar una anécdota de la Roma imperial, una anécdota que recuerdo haber leído a algún otro autor pero del que ahora no retengo su nombre, una anécdota, en fin, que resulta enteramente aplicable a Cioran. Durante la ceremonia en la que se coronaba al nuevo emperador que accedía al trono, la tradición antigua había instituido la costumbre de que el gobernante se hiciera acompañar por un individuo que, justo en el momento de máximo esplendor, tenía por única función repetirle al oído: “Recuerda que eres mortal”. Es decir, Cioran sería como el bufón necesario que precisa el ser humano, ese ser engreído y enfático que unas veces se juzga rey y otras mendigo, que se ensoberbece o que se hunde al primer fracaso, ese ser insustancial que cree alejarse del sinsentido y de la muerte y que se piensa justificado, necesario. El hombre es mortal y Cioran cumplió ya con ese destino escandaloso.


Desde que vivio solo en Francia su única ocupación ha sido precisamente no hacer nada, lee vorazmente, la única ocupación que le satisface. Y aunque lee a casi todos y sobre casi todo, prefiere releer las grandes obras (como a Dostoievski o Proust )Pero Cioran también escribe, no ambicionando un trabajo remunerado, sino como necesidad vital: escribir es la única forma que encuentra de hacer la vida un poco más soportable. Al trasladar sus inquietudes al papel consigue desprenderse de esos problemas que le amargan, y ese extrañamiento consigue hacer que las cosas no le afecten. Pero odia escribir, y no sólo eso, sino que publicar lo escrito supone una aberración... aún así es la única forma de vida que concibe, de manera que se convierte en un hombre atado a hábitos que le resultan insoportables…
Esta incapacidad para dedicar su tiempo a una acción seria y beneficiosa, proviene de esa sensación de hastío que ha inundado toda su vida. A pesar de haber vivido intensamente, no ha podido integrarse en la existencia unos creen que esto se debe a las palabras que en cierto momento le dijo su madre: “si supiese que ibas a sufrir tanto, habría abortado” yo en lo personal dudo que estas palabras le hayan hecho que pierda el interés por la vida.
Pero su voz en su obra se encuentra una extraña alegría que brilla misteriosamente. eso es muy contradictorio pero es lo mas real, por que el hombre es así de contradictorio, es capaz de crear las cosas mas bellas y dulces en la vida y a la vez ser una bestia y destruir cuanto haya en su paso...

Así es la obra de este ser que considera el suicidio como una solución bastante inteligente pero que a la vez, se considera un auténtico amante de la vida y del yo. Los criticos consideran la obra de Cioran como pesimista, pero yo como muchos la consideramos violenta, Su obra esta llena de fuerza, de pasión, para despertar a sus lectores, “ Sus libros son como látigos que no evocan imágenes de pesimismo, sino que es la violencia de su fuerza la que nos hace darnos cuenta de que realmente estamos vivos.”








Aquí los dejos algunas fraces del maestro hermano el gran Cioran:



*Sólo se suicidan los optimistas, los optimistas que ya no logran serlo. Los demás, no teniendo ninguna razón para vivir, ¿por qué la tendrían para morir?.

*El pesimista debe inventarse cada día nuevas razones de existir: es una víctima del «sentido» de la vida.

*Vivo únicamente porque puedo morir cuando quiera: sin la idea del suicidio, hace tiempo que me hubiera matado.

* «Señor, sin ti estoy loco, pero más loco aún contigo.» Ese sería, en el mejor de los casos, el resultado de la reanudación del contacto entre el fracasado de abajo y el fracasado de arriba.


*Mi avidez de agonías me ha hecho morir tantas veces que me parece indecente abusar aún de un cadaver del que ya nada puedo sacar.

Con el amor vehemente que suscita de la inspiración de este gran escritor, dedico este verso en agradesimiento a nuestro maestro:

CIORAN

Gracias Cioran: por eclipsar el mundo con tu bella y violenta lucidez.
Gracias: que por ti tuve que botar cientos de cuartillas que escribí ya que al conocerte supe que aun no digo nada y no vale la pena guardarlas.
Gracias Cioran; por que puedo apretar el gatillo sin culpa alguna, me liberaste del temor de lo desconocido ya que tu ser conoció la pendiente, aun sin tocarla.
Gracias por que con orgullo puedo erguirte cual espada por que jamás te vendiste como una puta vieja al rebaño.
Y por todo aquello gracías. Ya que tu conoces mejor que nadie los seres como nosotros insatisfechos e inútiles por este mundo, que nos mantiene secuestrados...

ráǧul ḥazīn

3 comentarios:

Anónimo dijo...

primera vez que escucho de este escritor , me parese magnifico

Anónimo dijo...

me parecio fabuloso este EMILE CIORAN, no lo conocia asta que tropesè con tus locas neuronas muy bien RAGUL HAZIN

Anónimo dijo...

Gemm:
Cioran un gran filosofo, iracundo desolado, eseptico,depresivo,fatalista pero realista no adorno la realidad y a cada cosa le da su nombre.